La
asignatura de didáctica está llegando a su fin, y con ello dejamos
atrás una enorme cantidad de conocimientos nuevos para nosotros, que
nos son necesarios para poder desenvolvernos como profesores el día
de mañana.
Personalmente,
esta asignatura me ha hecho ver la enseñanza desde otro punto de
vista, una idea diferente a cómo yo la concebía, ya que mi
educación en el colegio no ha sido muy similar a lo que Mina nos ha
querido transmitir. Es por ello por lo que me ha abierto las puertas
a un nuevo modelo, en el que la cooperación y la heterogeneidad van
de la mano, una educación basada en unos valores, que sostienen todo
lo demás. Cada individuo crece a partir de esos cimientos
implantados en la escuela y en el hogar, y a partir de ahí, todo es
avanzar en cuanto a conocimientos, destrezas, competencias y
objetivos...
Los
profesores seremos los encargados de fomentar esos puntos
indispensables pero no como protagonistas, puesto que los verdaderos
protagonistas han de ser los alumnos, quienes busquen su propio conocimiento, siendo autónomos, valiéndose por ellos mismos y
alimentando su interés y curiosidad por absorber todo lo que les
rodea. Que sean críticos y creativos a la hora de enfrentarse a los diversos obstáculos y dificultades, poder salir de ellas, superándose así mismos y aprendiendo de sus errores, partiendo a la vez de una experiencia propia y conocimientos adquiridos previamente, los cuales serán la herramienta principal para poder desenvolverse en su futuro.
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